De Raúl Renán
La escritura de Raúl Renán muestra una dominante preocupación por la forma. Esta constante, sin embargo, no constituye un vano ejercicio de virtuosismo; se debe a la convicción de que no existe en la superficie de la página el sustrato mental y emocional que pueda justificar por sí mismo la obra. La escritura del poema debe penetrar el subsuelo de la página y descomponer su estructura gramatical y rítmica para mantener vivo el lenguaje; más importante: para mantener viva la posibilidad del lenguaje, su inminencia.
Cuerpo divino de seis caras
de aire
de luz
de invisibilidad
sin peso flotante (al menos)
Para Renán los poemas trascienden la comunicación, son un suceso con un valor absoluto. Esta certeza, transmitida a su obra, lo ubica como una de las voces más privilegiadas de nuestra lírica actual.