MI NOMBRE EN JUEGO


De Raúl Renán

La escritura de Raúl Renán muestra una dominante preocupación por la forma. Esta constante, sin embargo, no constituye un vano ejercicio de virtuosismo; se debe a la convicción de que no existe en la superficie de la página el sustrato mental y emocional que pueda justificar por sí mismo la obra. La escritura del poema debe penetrar el subsuelo de la página y descomponer su estructura gramatical y rítmica para mantener vivo el lenguaje; más importante: para mantener viva la posibilidad del lenguaje, su inminencia.

Cuerpo divino de seis caras

de aire

de luz

de invisibilidad

sin peso flotante (al menos)

Para Renán los poemas trascienden la comunicación, son un suceso con un valor absoluto. Esta certeza, transmitida a su obra, lo ubica como una de las voces más privilegiadas de nuestra lírica actual.





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LOS REFLEJOS


Agustín Abreu Cornelio

En la poesía de Agustín Abreu Cornelio, puede haber poema sin rostro, mas no sin reflejo. Desde su primer poemario, “El impuro descanso”, incluido en El éter de las esferas, el autor daba muestras de cómo su aliento poético encausaba muy bien la potencia de las imágenes y sus motivos. En Los reflejos encontramos esa virtud sumada a muchas otras, entre las que destaca esa rara cualidad de tomar los objetos del mundo común y las situaciones de la vida cotidiana para redimensionarlos y disparar su significación hacia un universo que nos parece cercano y lejano a un tiempo; que toma algo de nosotros para ya no devolvérnoslo.

En este libro, abril y la noche fijan el destino en la distancia; el deseo, en el espejo que viaja a través de la luz. Eliot y Shakespeare se amalgaman en un árbol de agua, cuyas raíces encuentran su nacimiento en los versos del poeta que escribe bajo tierra (o quizá junto al manglar) tratando de quitar, sin conseguirlo, el polvo que cubre la mano y la palidez de sus ojos (Entre mis ruinas voy sacando versos/para este oficio mutuo de velarnos). El objeto del deseo es buscado en la cara paginada de Macbeth, en las piedras entintadas de Madame Sosostris y en un hilo tejedor de claroscuros y rupturas.

Agustín Abreu Cornelio escribe con la Historia amarrada en la punta de la pluma. Bien asentada la realidad en el escritorio y su reflejo en la ventana (En la perplejidad de la transparencia), Abreu cuida que el reloj de cristal en su pared humedecida, encuentre el tiempo exacto que permita a sus versos recoger del espejo todo aquello que los libros han dado a los hombres. Porque la escritura, entendiendo ésta como acto creativo, es quien otorga unidad y sentido al libro: abre y cierra el poemario, esconde y muestra con sutileza los recovecos de la realidad textual que el poeta teje a través de sus voces líricas (Si las ventanas consintieran los espejos/ el paisaje sería los dolores/ de afuera/ y los de adentro).

Y es que, en este libro, no es precisamente el espejo el que se rompe. Tampoco la luz. El lector podrá comprobarlo cuando recoja del lavabo sus ojos astillados al filo del verso.

José Castillo Baeza





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LA ALFORJA DE LOS DESPRENDIMIENTOS


De Álvaro Baltazar Chanona Yza

Internarse en La alforja de los desprendimientos es encontrarse con una voz poética original, auténtica, cargada de sabiduría y de sentido armónico. Este libro convulsivo, turbador, tiene la virtud de no dejar indemne al lector: lo toma por sorpresa y mueve sus sensaciones, sus sentimientos, su pensar.

A lo largo de las cuatro secciones en que está dividido, ofrece en sus poemas juegos rítmicos de la más alta calidad, conjugados con imágenes ricas, saturadas, telúricas unas veces, brutales otras.

Álvaro Chanona posee la virtud de utilizar en estas imágenes todo su oficio de poeta logrando sinestesias inesperadas, avances asombrosos de los objetos al acercarse y formar estas imágenes poderosas y elocuentes.

Es, pues, un libro que no permite al lector recostarse y descansar. Es un libro que lo interpela, lo enfrenta, lo obliga a mirarse en el espejo del poeta, pero también lo seduce con el dominio que ejerce de su oficio. Como todos los grandes poetas.

Roxana Elvridge-Thomas





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JUAN TABI


Roger Manzanilla Cáceres

“Juan Tabi es un aventurero por amor a la aventura, solamente porque en ella encontró el reto que lo estimula; un anacronismo y un individuo incongruente, improbable de aceptar pero que existe; asimismo, un teórico y un práctico de las ondas imitativas, de cómo originarlas y cómo hacer uso de ellas en canales que comienzan con ideas de boca a oído, para extenderse en proyección geométrica inconmensurable y que, por ser válidas y universales, perduran”.

“Por último, quiero insistirle que su definición de Juan Tabi como un antihéroe oculto y tímido emocionalmente es errónea, pues no lo ha sido nunca, aunque, al preguntárselo, curiosamente se sonrojó. Él dice que nunca lo intentó y que nunca ha padecido timidez, luego despotricó algo sobre la imaginación de las mujeres francesas y de la inclinación de usted por Stendhal, y yo le repito a usted que los motivos de hacer su vida como la ha hecho parten de deseos fantasiosos sumidos en el fondo de su psique que ansiaba recuperar lo irremediablemente perdido.”





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ERIC RENATO AGUILAR Hombre de Teatro


Compilador José Antonio López-Lavalle

Eric Renato Aguilar, una de las figuras más importantes del teatro en Yucatán en la segunda mitad del siglo XX, fallece en olor de juventud cuando todavía estaba por regalarnos con maduros frutos de su talento creativo. Hombre de su tiempo, actuó, dirigió, produjo y escribió para su verdadera pasión: El teatro. Su actividad, a este respecto, no conoció fronteras.

Fundó el “Grupo Teatro Regional”, auténtico cenáculo de gente de teatro, y la modalidad de café-teatro basada en obras de la dramaturgia contemporánea y aún clásica, siempre con gusto y una actuación exquisitos. Eric Renato escenificó, asimismo, un número de sus propias piezas, y junto con el primer actor José Antonio López-Lavalle, tradujo y presentó otras de famosos dramaturgos. En la mejor etapa de su carrera, dirigió siempre con disciplina y profesionalismo a los más reconocidos actores de la escena local. Con la edición del presente volumen pretendemos brindar a Eric Renato Aguilar el homenaje que le estaba debiendo el pueblo de Yucatán y, en especial, la ciudad de Mérida, a la que consagró todo su talento y esfuerzo.

Aquí está incluido el inventario de sus propias obras dramáticas y de las que, no siendo suyas, dirigió. Hay también un número de notas críticas de sus presentaciones y un sugestivo prólogo donde se contempla la personalidad del hombre de teatro, al inolvidable Grupo de Repertorio y a los actores que lo integraban.

Roldán Peniche Barrera





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EL ESPEJO DE BEATRIZ


Antología

Este libro publica las menciones honoríficas y los primeros lugares del Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo de 2001 a 2007. Reúne quince cuentos de diferentes escritores, cada uno con personalidades e intereses muy distintos, como debe ser y como era natural; pero todos conservan la cualidad de contarnos anécdotas que en sí mismas encierran un problema y enfocan una porción de este camino llamado vida, según dirían los clásicos.

Cuando aciertan, nos hablan de peculiaridades, grandezas y defectos del alma humana en unas cuantas cuartillas, con las cuales conforman un mundo suspendido en el aire como esfera misteriosa. En su gran mayoría los triunfadores han sido bastante jóvenes. Sólo algunos pasan de los cuarentas y varios no llegan a los treinta. Tienen títulos universitarios confirmando aquello de que casi es imposible escribir sin hacerse de una cultura y, al abrirse las plicas, supimos que antes o después de haber concursado obtuvieron otros reconocimientos o los obtendrían bien pronto.

Beatriz Espejo





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EL DIAMANTE EN EL YUNQUE


De Leopoldo Peniche Vallado

LEOPOLDO PENICHE VALLADO (1908-2000) es uno de los mayores dramaturgos yucatecos de la segunda mitad del siglo XX. Le fueron publicadas una docena de piezas teatrales con un profundo contenido social, entre las que despuntan “Henequén” (Premio Nacional del INBA, 1960), “La batalla perdida” (Premio Regional de Teatro, 1962) y “Cecilio el Magno” (Exégesis dramática, 1968). Sin embargo, muchas de sus obras han permanecido inéditas, entre ellas “Venados y hombres”, “Cuando somos héroes” (brillantemente representada por la compañía del director Francisco Marín Manzanero), “Don Benigno deja de ser bribón”, “El crimen de los alcaldes”, “Cuatro entremeses que no escribió Cervantes” (tres de ellos dirigidos por Marín Manzanero), “Tres asesinos y un solo muerto”, “Extranjeros en el mundo” y “El dilema del gobernador”. Es posible que “El diamante en el yunque” sea la última obra que escribió Peniche Vallado, quizá a fines de los años ochenta o principios de los noventa.

El autor la denomina “Cinedrama en XXII diálogos”, versión escénica actualizada de la novela “El Curioso Impertinente” inserta en el Quijote. Esta obra evidencia en su estilo, en su lenguaje, el acceso del autor a novedosos y sugestivos planos dentro de su dramaturgia siempre rica en matices humanos.

Roldán Peniche Barrera





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